¡El amor no puede pararse! Eso es lo que pensaron Esther y Pablo, y eso es lo que yo intento hacer ver a mis parejas de novios. Las bodas pueden y tienen que celebrarse, y hacerse asegurando que todas las medidas de higiene y seguridad se cumplen.
En estos momentos más que nunca es necesario nuestro servicio, el de las wedding planners, porque sabemos cómo hay que actuar y cuáles son los protocolos. La boda de Esther y Pablo fue preparada con mucho mimo, no solo por ellos, sino también por mí, era la que sería mi primera ‘boda Covid’. ¡Os cuento cómo fue!
La novia se vistió con un diseño de Rembo Styling comprado en Guajara Menorca con el que lucía radiante. Acompañó su estilismo con unos zapatos de novia de Pons Quintana, un ramo de flores de Romanos Florista, un maquillaje natural que resaltaba su belleza, obra de Leticia Leon y un peinado semirrecogido que le realizó Yolanda Miguel.
Por su parte, el novio llegó a la ceremonia con un traje de Erreese, de Amadeo Logroño y unos zapatos de Lottuse. ¡Una decisión muy acertada y con mucho gusto!
La celebración tuvo lugar en Palacio de la Vega y, para la decoración de este bonito espacio, les recomendé algunas ideas en las que podíamos integrar las medidas de higiene, como el gel hidroalcohólico creando un bonito rincón con jarrones de flores y porta-mascarillas hechos a manos.
Además, colocamos un cartel de bienvenida, más necesario que nunca, en forma de agradecimiento a los invitados por querer acompañar a Esther y Pablo en un día tan importante, pese a todas las restricciones que estamos sufriendo. También, diseñé un seating plan muy romántico y un rincón de fotos de la pareja.
En cada una de las mesas del cóctel donde estaban los invitados relacionándose con los de su mesa, pusimos el número de mesa con decoración floral y aperitivos del cóctel, obra de Marisol Restaurante, el catering que los novios escogieron.
La zona del banquete también estaba decorada, tanto la mesa presidencial como las mesas de los invitados y de los niños. Incorporé como parte de la decoración un rincón homenaje a los seres queridos en la mesa de los novios, recordando al padre de la novia y al abuelo de Pablo. ¡Un gesto precioso!
Tras el banquete y después de deleitarse con un gran menú, todos se dispusieron a seguir disfrutando, esta vez en forma de baile y con música de fondo. No faltaron los dulces del candybar, para los que preparé envases individuales, una buena forma de no renunciar a las mesas comunes pero garantizando la higiene. En este espacio, los invitados también pudieron disfrutar del “rincón del vicio” y de una mesa de tattoos.
En el baile, colocamos en las mesas una bolsa con 6 pajitas de cartón con bolígrafos para que cada uno anotara su nombre y así las copas estuvieran más localizadas. ¡Seguridad e higiene frente a la Covid-19 ante todo!
Y así fue como se desarrolló mi primera ‘boda Covid’, en la que diseñamos un protocolo que cumplía con todas las medidas, garantizando la seguridad de los novios y de todos los invitados, sin olvidar el disfrute y la diversión. ¡Os dejo a continuación las fotografías, obra de The Guens Photo para que podáis disfrutar de esta boda!
A Esther y a Pablo solo puedo darles las gracias por haber confiado en mí en estos momentos tan difíciles y desearles que sean muy felices.
¡Enhorabuena pareja!